Me gustaría. Así, en condicional. Un poco como la vida de Stela, la borrosa
protagonista de esta novela-relato (o relato-novela, no sé) que vive difuminada bajo el peso de la perra realidad y de una familia
disfuncional que al principio suena un poquito a cliché. Por un
momento tuve miedo, ¿tengo entre manos una historia lacrimógena y
llena de buenas intenciones cual peli de Clint Eastwood? ¿Me han
metido los de Rayo Verde un golazo por la escuadra? La
respuesta no se hizo esperar, gracias a Dios. Esta mujer sabe escribir, vaya que sí, y los
chicos de la Editorial RayoVerde son buena gente con criterio.
En los
primeros relatos suenan ecos de Cortázar y otras voces conocidas,
“Nada nuevo bajo el sol”, piensas dándotelas de lista y de
leída, pero al tercero empiezas a comprender que esto es otra cosa y
que Amanda Mijalopulu te está llevando por donde ella quiere como si fueras un
perrito obediente. Y al final aplaudimos, porque la muchacha lo hace
bien, Y todos contentos.
“Innovadora,
“Experimental”, “Polimórfica”, son algunos de los adjetivos
que se pueden leer en las reseñas de la contraportada. Dejadme
añadir “Caleidoscópica” y ya queda completado el cupo
de lugares comunes que describen bien esta novela. Y ya está. Solo
queda felicitar a todo el equipo de Rayo Verde, que pronto
cumplirá un año publicando buenos libros. Enhorabuena.
"Caleidoscópica" Lo apuntamos. El éxito de este libro no está en llegar a muchos, si no en llegar mucho y muy bien a unos pocos que así lo han querido. Quizás consigas ahora que llegue a alguien más. Gracias, gracias, gracias. Rayo Verde.
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